¿Que le sucede a mis pulmones cuando hago ejercicio?

Qué le ocurre a su corazón cuando hace ejercicio

El ejercicio regular produce numerosos y variados cambios fisiológicos que son beneficiosos desde el punto de vista de la salud. Entre ellos se encuentran la mejora de la función cardiorrespiratoria y de la función del músculo esquelético; el aumento de los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (el llamado colesterol “bueno”); la mejora de la presión arterial, la composición corporal y la densidad ósea; la disminución de la necesidad de insulina y la mejora de la tolerancia a la glucosa; el aumento del rendimiento en las actividades laborales, recreativas y deportivas; y muchos beneficios psicológicos positivos. Estos cambios, a su vez, contribuyen a reducir las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares (incluidos el infarto de miocardio y el ictus); la diabetes de tipo 2; y ciertos tipos de cáncer, como el de colon, mama y pulmón; y a reducir las tasas de enfermedad por hipertensión arterial, obesidad, osteoartritis y osteoporosis. Debido a los numerosos beneficios de la actividad física y el ejercicio, el gobierno federal anima ahora a todos los adultos a aumentar sus niveles de actividad física para que acumulen 30 minutos, o más, de actividad física de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.

Intercambio de gases en los pulmones

¿Cómo afecta la actividad a mi respiración? A mucha gente le resulta sorprendente, pero quedarse sin aliento cuando estás activo es bueno para ti. En esta página te explicamos cómo la actividad física fortalece los músculos y te pone en forma. Tenemos algunas técnicas de respiración útiles para ayudarte a sobrellevar la situación.

Si evitas las actividades que te dejan sin aliento, tus músculos se debilitan. Los músculos más débiles necesitan más oxígeno para trabajar. Con el tiempo, te sentirás cada vez más sin aliento. Esto se llama el ciclo de la inactividad, o el ciclo de la falta de aire.

La buena noticia es que puedes romper este ciclo de inactividad. Si te vuelves más activo, puedes fortalecer tus músculos, incluidos los de la respiración. Esto te ayudará a sentirte menos falto de aire cuando realices las tareas cotidianas.

Es normal que te falte el aire cuando estás activo, pero si tienes una enfermedad pulmonar, puedes sentirte ansioso por ello. Si le entra el pánico, puede hacer que le falte aún más el aire. La clave es mantener la calma y aprender a controlar la falta de aire.

Si empiezas a sentirte demasiado falto de aire, una posición de recuperación puede ayudarte. Ponte de pie a 30 cm de una pared con los pies ligeramente separados. Apóyate en la pared o de lado y deja que las manos cuelguen a los lados, o apoya los pulgares en la cintura.

Ejercicio pulmonar

Es probable que cuando empezó a correr se quedara sin aliento, pero con el tiempo le resultó más fácil sincronizar su respiración con su pisada. Esto se debe a que los pulmones aprenden a suministrar más oxígeno al torrente sanguíneo con mayor rapidez, además de ser más eficaces a la hora de eliminar el producto de desecho, el dióxido de carbono (CO2).

Cuando corres, el aire oxigenado se acumula en unos sacos pulmonares llamados alvéolos”, explica Rebecca Christenson, fisioterapeuta deportiva de Pure Sports Medicine. A través de un proceso llamado difusión, el oxígeno del aire se transfiere a los capilares, que luego transportan la sangre oxigenada por el resto del cuerpo hasta los músculos”, añade. Al mismo tiempo, el CO2 se transfiere de la sangre a los alvéolos para ser expulsado al aire al exhalar. Los pulmones se vuelven más eficaces a la hora de hacer llegar más oxígeno a los músculos, no sólo porque procesan mejor la cantidad que se ingiere en cada respiración, sino también porque aumentan la frecuencia respiratoria: por eso se respira más rápido cuando se corre”. Cuando estás en reposo, tu tasa de ventilación -la cantidad de aire inhalado- puede ser de 10 litros por minuto, pero puede llegar a 100 litros por minuto cuando corres mucho. Con el tiempo puedes aumentar esta cifra y procesar hasta 200 litros por minuto si te conviertes en un atleta muy entrenado”, dice Christenson.

Sistema respiratorio

Los nuevos corredores suelen experimentar la incomodidad del ardor en los pulmones cuando intentan hacer un esfuerzo excesivo por primera vez. Correr te obliga a respirar más rápido y obliga a tus pulmones a trabajar más para hacer circular el oxígeno por tu cuerpo, por lo que necesitan tiempo para aclimatarse a esta nueva sensación.

Afortunadamente, el dolor suele cesar a los pocos minutos de dejar de correr. Sin embargo, si experimentas dolor o ardor después de cada carrera, es posible que estés respirando de forma incorrecta o que tengas asma inducida por el ejercicio o una enfermedad subyacente que requiera atención médica inmediata.

Consejo Si te duelen los pulmones después de correr, comprueba si estás respirando por la boca o por la nariz. Respirar por la boca, el asma inducido por el ejercicio y el clima frío pueden desencadenar una sensación de ardor en los pulmones.

Respirar por la boca puede provocar dolor o ardor en los pulmones después de correr porque el cerebro piensa que se está perdiendo dióxido de carbono en exceso. En respuesta, el cuerpo produce células caliciformes para producir mucosidad, lo que ralentiza la respiración y constriñe los vasos sanguíneos. Esta vasoconstricción y el exceso de mucosidad pueden dificultar la recuperación de la respiración después de correr, lo que provoca una dolorosa sensación de ardor.

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