El mejor ataque es una buena defensa significado
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“La mejor defensa es un buen ataque” es un adagio que se ha aplicado a muchos campos de actividad, incluidos los juegos y el combate militar. En general, la idea es que una fuerte acción ofensiva preocupará al adversario y, en última instancia, dificultará su capacidad de montar un contraataque contrario, lo que supondrá una ventaja estratégica.
Mao Zedong opinaba que “la única defensa real es la defensa activa”, es decir, la defensa con el fin de contraatacar y tomar la ofensiva[1]. A menudo, el éxito radica en destruir la capacidad de ataque del enemigo. Este principio tiene su paralelo en los escritos de Maquiavelo y Sun Tzu[2].
En algunos juegos de mesa, como el Risk, la capacidad de construir ejércitos depende de atacar agresivamente para adquirir territorio; sin embargo, en el Risk, la suerte al tirar los dados es el factor determinante. Los jugadores que no lo hagan, y se concentren en cambio en mantener la línea contra el ataque enemigo, probablemente acabarán en una posición débil. La información a fondo sostiene que este adagio no siempre se aplica: “Cuando la batalla se libra entre dos jugadores, uno debe poner toda su fuerza en la ofensiva, pero cuando hay varios jugadores implicados, el elemento político cambia esta dinámica”[3] En el ajedrez, la capacidad de uno para evitar los ataques del enemigo depende a menudo de mantener la iniciativa, es decir hacer una serie de amenazas que el oponente debe usar sus turnos para parar, en lugar de lanzar sus propios ataques; por lo tanto, los consejos comunes utilizados junto con este adagio son que la mejor manera de alterar los planes de tu oponente es volverse amenazante y que la mejor manera de detener una amenaza enemiga a tu propio rey es atacar el suyo.
El ataque es el mejor ensayo de defensa
Con mis disculpas a Vince Lombardi, debo disentir de su tan citado consejo de que “la mejor defensa es un buen ataque”. En el sistema de justicia civil, la mejor defensa es la que paga otro.Pasar la pelota: en los litigios, la mejor defensa es la que paga otroUn ejemplo es el mercado de los contenedores de transporte, donde los fabricantes de cartón ondulado han redescubierto el viejo cliché de que la mejor defensa es un buen ataque. El número de marzo de Solutions!Be offensive!”Dado que la mejor defensa es un buen ataque”, observó Dowless, “debemos conseguir que la asignatura optativa de Biblia se imparta en el mayor número posible de distritos escolares; de ese modo, los opositores a la Biblia tendrán demasiadas batallas que librar”.Fuera lo nuevo, dentro lo viejo, dice el tribunal en el caso de la clase de Biblia de FloridaEl entrenador Carville es de la escuela que cree que la mejor defensa es un buen ataque, y se despide con una maníaca alegría cajún.Nosotros tenemos razón, ellos están equivocados
La mejor defensa es un ataque rápido y decisivo
Una visión general de la teoría ofensiva-defensiva, que sostiene que la facilidad relativa de la ofensiva y la defensa varía en la política internacional.La teoría ofensiva-defensiva sostiene que la facilidad relativa de la ofensiva y la defensa varía en la política internacional. Cuando el ataque tiene la ventaja, la conquista militar es más fácil y la guerra es más probable; lo contrario es cierto cuando la defensa tiene la ventaja. El equilibrio entre el ataque y la defensa depende de la geografía, la tecnología y otros factores. Esta teoría, así como el conjunto de teorías relacionadas, ha generado mucho debate e investigación en los últimos veinticinco años. Incluye los puntos de vista más controvertidos sobre la teoría y algunos de los intentos más recientes de perfeccionarla y ponerla a prueba.
Un buen ataque vence a una buena defensa
“La mejor defensa es un buen ataque” es un adagio que se ha aplicado a muchos campos de actividad, incluidos los juegos y el combate militar. También se conoce como el principio estratégico ofensivo de la guerra. En general, la idea es que la proactividad (una fuerte acción ofensiva) en lugar de una actitud pasiva preocupará a la oposición y, en última instancia, dificultará su capacidad para montar un contraataque contrario, lo que supondrá una ventaja estratégica.
Mao Zedong opinaba que “la única defensa real es la defensa activa”, es decir, la defensa con el propósito de contraatacar y tomar la ofensiva[2]. A menudo el éxito reside en destruir la capacidad de ataque del enemigo. Este principio tiene su paralelo en los escritos de Maquiavelo y Sun Tzu[3].
Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania planeó atacar a Francia para sacarla rápidamente de la guerra, reduciendo así la superioridad numérica de la Entente y liberando a las tropas alemanas para dirigirse al este y derrotar a Rusia.
En algunos juegos de mesa, como el Risk, la capacidad de construir ejércitos depende de atacar agresivamente para adquirir territorio; sin embargo, en el Risk, la suerte al tirar los dados es el factor determinante. Los jugadores que no lo hagan, y se concentren en cambio en mantener la línea contra el ataque enemigo, probablemente acabarán en una posición débil. La información a fondo sostiene que este adagio no siempre se aplica: “Cuando la batalla se libra entre dos jugadores, uno debe poner todo su poder en la ofensiva, pero cuando hay varios jugadores implicados, el elemento político cambia esta dinámica”[4].