Economía del arte público
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1La presencia de las ciudades en el arte y la presencia del arte en las ciudades son dos campos que a menudo se han estudiado por separado, ya sea por diferentes disciplinas (historia, geografía, sociología, etc.) o por diversos enfoques dentro de una misma disciplina (geografía cultural o geografía urbana, por ejemplo). Sin embargo, la creciente visibilidad de la cultura en general, y del arte en particular (véase el artículo de Debroux en este número), en las ciudades desde finales del siglo XX tiende a cuestionar esta estricta separación. En efecto, el arte se entiende cada vez más como parte integrante del tejido urbano en una época postindustrial. No sólo se están redefiniendo los espacios y lugares del arte en las ciudades, sino también sus funciones y relaciones con el entorno urbano. En consecuencia, cabe preguntarse hasta qué punto el arte -en sus diversas formas (esculturas, murales, performances, etc.)- se urbaniza en ese proceso y hasta qué punto las ciudades se estetizan o “artializan” posteriormente (Roger, 1997).
2Esta línea de investigación explica por qué el arte se está convirtiendo en un tema además de un objeto (Volvey, 2014) o incluso en un método para los geógrafos (Hawkins, 2011), y más concretamente para los geógrafos urbanos, planificadores urbanos y urbanistas (Vivant, 2006; Grésillon, 2010; Molina, 2010; Boichot, 2012; Debroux, 2012; Zebracki, 2012; Guinard, 2014). Pero, por supuesto, el enfoque espacial y urbano del arte no está exento de cuestiones teóricas y metodológicas. ¿Cómo podrían los geógrafos urbanos, los planificadores urbanos o los urbanistas estudiar no solo el arte en las ciudades, sino también las ciudades en el arte? ¿Existen herramientas específicas que puedan utilizar para ello? ¿En qué medida un enfoque espacial y urbano del arte puede distinguirse del que ofrecen otros campos de investigación como la sociología del arte o la historia del arte? Este número temático de la revista explora las posibles aportaciones teóricas y empíricas que un enfoque espacial y urbano del arte puede aportar a la comprensión tanto de las artes como de las ciudades.
Estadísticas sobre el arte público
El proyecto de Art and Value de Dave Beech: Art’s Economic Exceptionalism in Classical, Neoclassical and Marxist Economics es aclarar parte del embrollo y la confusión que rodean a la palabra, el concepto, o quizás simplemente el tropo de la “mercantilización” de las artes.1 Beech comienza su ensayo con la observación de que casi todo el mundo parece estar de acuerdo “en los términos más ardientes en que el arte es, siempre ha sido, o se ha convertido recientemente en nada más que una mercancía” (1). No cabe duda de que Tyler Cowen y Fredric Jameson tienen diferentes opiniones sobre lo que esto podría significar, pero la convergencia -que Beech no es el único en señalar- es sorprendente. Escéptico sobre la posibilidad de la mercantilización del arte, Beech se propone evaluar la “afirmación de que la producción de arte coincide con la producción capitalista de mercancías” (3), en tres discursos: la economía clásica, la economía neoclásica y el marxismo.
Admirablemente, Beech, para tomarse en serio la tesis de la mercantilización, requiere algún tipo de “mecanismo” o mediación que subsuma de forma plausible el arte bajo la forma de mercancía. Esto resulta difícil en la economía clásica. El relato es fácil de resumir, aunque la exposición de Beech está llena de complejidad y detalles útiles. Simplificando: la economía clásica sólo puede tratar el valor del arte como alguna versión de un precio de monopolio, ya que su valor económico -pensando aquí principalmente en lo que ahora llamamos el mercado secundario de las artes visuales y plásticas- no puede derivarse de los insumos. Esto es interesante, y el arte es, en efecto, excepcional, pero de una manera que, en última instancia, no será satisfactoria para los propósitos de Beech, ya que el “excepcionalismo” del arte lo sitúa en la misma categoría que los vinos finos, las reliquias o los sellos raros, que resultan ser, divertidamente, uno de los pequeños conjuntos de ejemplos a los que la economía clásica vuelve perennemente.
El impacto del arte en el turismo
Los materiales y métodos artísticos son todo lo que un artista utiliza para crear arte en cualquier combinación. Los materiales y métodos también pueden definirse como el proceso de fabricación de una obra de arte, como el bronce, que debe fundirse y verterse en un molde para convertirse en una obra de arte acabada. La piedra debe extraerse, transportarse y tallarse antes de que pueda considerarse una obra de arte. El algodón se recoge, se limpia, se enrolla en un hilo, se tiñe y se teje en la tela antes de que un acolchador cree una colcha. Los minerales extraídos se muelen, se mezclan y se introducen en tubos antes de que un artista cree un cuadro. Los materiales artísticos son las herramientas de un artista. Esta lista no es en absoluto completa; sin embargo, cubre la mayor parte del arte en este libro de texto.
Aguatinta: El aguatinta se utiliza en el grabado calcográfico para crear marcas en la plancha de metal. La plancha y el papel se presionan para crear una transferencia de tinta al papel. El artista utiliza mordiente para grabar el diseño de la plancha y, a continuación, se utiliza colofonia para crear un efecto tonal. La variación tonal en la plancha es el resultado deseado.
Arte público y turismo
El arte alimenta la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo y desempeña un importante papel a la hora de compartir conocimientos y fomentar la curiosidad y el diálogo. Son cualidades que el arte siempre ha tenido y tendrá si seguimos apoyando entornos en los que se promuevan y protejan los artistas y la libertad artística. De este modo, fomentar el desarrollo del arte también favorece nuestros medios para lograr un mundo libre y pacífico.
Cada año, el 15 de abril, las celebraciones del Día Mundial del Arte contribuyen a reforzar los vínculos entre las creaciones artísticas y la sociedad, a fomentar una mayor conciencia de la diversidad de las expresiones artísticas y a destacar la contribución de los artistas al desarrollo sostenible. También es una ocasión para poner de relieve la educación artística en las escuelas, ya que la cultura puede allanar el camino hacia una educación inclusiva y equitativa.