Filosofía del arte
Se necesita una gran dosis de creatividad para lograr avances científicos, y el arte es con la misma frecuencia una expresión de (o un producto de) los conocimientos científicos. Piense en la ciencia que hay detrás de mezclar la pintura en las proporciones correctas, o de crear la perspectiva en un dibujo, o incluso de imaginar la danza de un quark.
El arte visual se ha utilizado para documentar el mundo natural durante miles de años, desde los dibujos rupestres de animales que ayudan a los investigadores de hoy a averiguar la fauna de ayer, hasta las pinturas de experimentos centenarios que nos muestran cómo se llevaron a cabo. Uno de los ejemplos más famosos de la interconexión entre arte y ciencia es la obra del maestro renacentista Leonardo da Vinci.
Mientras que su Mona Lisa es probablemente el retrato más famoso jamás pintado, los dibujos científicos de da Vinci, recientemente expuestos en el Museo de Ciencias de Boston, son de menor escala y están minuciosamente detallados y anotados; y demuestran que no era menos hábil como inventor e investigador. De hecho, el talento de da Vinci como ingeniero de puentes quedó demostrado en 2001, cuando el artista Vebjorn Sand construyó el puente da Vinci-Broen en Noruega utilizando los planos del artista, nunca realizados, para un puente que debía cruzar el Cuerno de Oro en Estambul. Rechazado como una imposibilidad arquitectónica por el sultán otomano que lo encargó, el puente se construyó 499 años después de que da Vinci lo diseñara, demostrando que el sultán estaba equivocado.
Valor del arte
La apreciación de las artes visuales va más allá de mirar un cuadro colgado en la pared de un museo: el arte está en todo y en todas partes. Abrir los ojos al mundo del arte es esencial para comprender el mundo que nos rodea. El arte es algo más que museos pretenciosos; sólo unos pocos entran y comprenden. En cambio, la apreciación del arte sí lo es:
La apreciación del arte se centra en la capacidad de ver el arte a lo largo de la historia, centrándose en las culturas y los pueblos, y en cómo se desarrolló el arte en los períodos específicos. Es difícil entender el arte sin comprender la cultura, su uso de los materiales y el sentido de la belleza. El arte se transmite por el simple hecho de crear arte por el arte. Todas las personas nacen con el deseo innato de crear arte y, al igual que otras profesiones, la formación es esencial para perfeccionar las habilidades para producir arte. La educación artística amplía la comprensión, el desarrollo y la visión del arte de una persona. El arte aporta una comprensión de la diversidad, de cómo se vivía en el pasado y conecta las cuestiones relativas a la vida contemporánea y el arte actual.
Valores del arte
“No sólo de pan vive el hombre. Deseamos las cosas más finas de la vida, apreciar la belleza, el amor y algo que eleve el espíritu”, dijo el Primer Ministro Lee Hsien Loong en el acto del 30º aniversario del Colegio de Artes Lasalle.
De hecho, las artes y la cultura no sólo enriquecen nuestra alma, sino que podrían ser un recurso nacional estratégico tras medir el considerable impacto que tienen en nuestra economía, salud y bienestar, sociedad y educación.
El Dr. Hu, que cuenta con más de 30 años de experiencia clínica en medicina tradicional china, sugirió que las personas que quieran mejorar su salud deberían pasar más tiempo mirando bellas pinturas, escuchando música relajante y viendo sublimes representaciones teatrales.
En el estudio HUNT, dirigido por el Sr. Koenraad Cuypers, investigador de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, se comprobó que los participantes que participaban activamente en actividades artísticas y culturales -como conciertos, películas, obras de teatro, museos o exposiciones de arte- gozaban de mejor salud y estaban más satisfechos con su vida.
Qué es la historia del arte
“Lo que hace el arte es alejarnos de lo mecánico y acercarnos a lo milagroso. La supuesta inutilidad del arte es una pista de su poder transformador. El arte no forma parte de la máquina. El arte nos pide que pensemos de forma diferente, que veamos de forma diferente, que oigamos de forma diferente y, en última instancia, que actuemos de forma diferente, que es por lo que el arte tiene fuerza moral”.
Tradicionalmente, el debate sobre la naturaleza de las artes y su papel en nuestra vida cotidiana y en nuestras comunidades se ha centrado en la crítica, la historia del arte y la filosofía. En el último siglo ha crecido el interés de los psicólogos y, más recientemente, de los neurocientíficos, por investigar científicamente las experiencias y la apreciación del arte. En general, las cuestiones centrales de esta investigación son las siguientes
Sin embargo, al investigar empíricamente la apreciación del arte de esta manera, se corre el riesgo de confundir las artes con la estética. Es decir, se corre el riesgo de reducir el estudio de la naturaleza de las artes a su capacidad de provocar un determinado sentimiento de alegría o placer desinteresado en quien las contempla. Esta reducción se refleja en (i) el modo en que la neuroestética enmarca y entiende el arte -a saber, como un objeto que se contempla y experimenta de forma desinteresada-, (ii) en la atención que los investigadores prestan a la medición de los juicios relacionados con la belleza, el gusto y el placer como “resultados” primarios de la experiencia artística, y (iii) en los contextos en los que se estudia la experiencia estética, a menudo en laboratorios con ordenadores, alejados de los contextos sociales e históricos, y en las artes visuales, durante breves tiempos de visualización que rara vez superan los 15 segundos.